Es un concepto breve y totalizador del mensaje que se pretende enviar para que quede registrado en la memoria y la emoción del receptor. Tiene su uso en arte, filosofía, docencia y publicidad. Por lo general es un lema cargado de simbolismo, que resulta al fin muy bastardeado por la propaganda prediseñada. El término fue creado por el filósofo francés Alfred Fouillée a fines del siglo XIX.
"Los eslóganes políticos más estúpidos son llamados 'idea fuerza'."